jueves, 13 de diciembre de 2012

MUDRAS


Por  Juan Carlos  Martínez 
La gran mayoría  de los prácticantes del yoga conoce con el nombre de mudra a la posición que se realiza con los dedos de las manos, para abrir o cerrar circuitos de energía, según se requiera en un trabajo determinado  y es muy común el uso del Gnani mudra, aunque en realidad existen mudras con pies y con todo el cuerpo, como es el caso de la postura del yoguimudra. 
La forma de hacer los Mudras, debe de ser suave y completamente relajada, la unión de algunos de los dedos en cada uno de los Mudras tienen significados especiales, para efectos de trasladar nuestra consciencia al nivel requerido, o para hacer el trabajo en que estamos inmersos.
El valor de un mudra se basa fundamentalmente en 2 níveles: el energético o electromagnético, en el que cada dedo tiene una correspondencia con una parte de nuestro sistema, debido principalmente a que en las terminaciones de los dedos encontramos una serie de circuitos energéticos que conectan algunos canales de energía que se corresponde con algunos de los órganos de nuestro cuerpo y al unir los dedos cerramos, armonizamos o estimulamos los circuitos energéticos de nuestra anatomía sutil. Así pues el dedo pulgar corresponde al elemento fuego. El dedo índice al aire, mientras que el dedo medio representa el elemento éter cuando el dedo anular es el representativo de la tierra y por tanto el dedo meñique corresponde al elemento agua.
Basándonos en esta perspectiva de los 5 elementos podemos ubicar que el fuego corresponde a la energía Divina, el aire nos provee de la capacidad de pensar y crear, el dedo medio al manifestar el elemento éter tiene su valor al proveernos de la energía  divina necesaria para manejarnos en la vida espiritual, el dedo anular al corresponderse con la tierra  nos proporciona la fuerza para sobrevivir, el elemento agua del dedo más pequeño nos provee de la capacidad para interrelacionarnos con los demás al encargarse de manejar nuestras emociones.    
Y a nivel cultural cada dedo corresponde a un sentido específico, así desde esta perspectiva existen mudras totalmente simbólicos, donde su valor como es el caso de algunos mudras de uso cotidiano, son totalmente propios de una cultura y una época. Por ejemplo entre los chinos existe una leyenda donde los dedos representan a los miembros de la familia ( para ubicar el valor de cada uno consulta este link:     https://www.youtube.com/watch?v=voEPk2xSgPw )
Desde esa perspectiva Misty Carey  plantea que en la cultura Grecolatina los dedos representan a sus deidades más importantes:
El medio corresponde a Saturno y por tanto se relaciona con lo místico, los ritos, etc…
El índice representa a Jupiter y por tanto es el equivalente a la sabiduría.
El meñique está asociado con Mercurio y se plantea como el dedo relacionado con la comunicación, y finalmente el dedo anular representa el ego, el individuo.
Los mudras son empleados en todas las culturas y por tanto existen mudras universales como es el caso del Atmányali mudra o gesto de oración, que se emplea en infinidad de religiones como una forma de recogimiento interno para realizar las oraciones.
También existen mudras particulares o propios de un país o de un grupo que sirven como códigos de identidad.  En el caso de nuestra cultura mexicana d es muy notorio el uso de mudras con una semántica sexual bastante evidente y que usamos como ofensas.  Así el dedo medio por arriba de los demás refiere el falo, y el mismo sentido simbólico tiene el mudra de una mentada que refiere una penetración, mientras que todos los dedos flexionados sobre la palma de la mano y en dirección centrífuga indica una eyaculación. El mismo sentido sexual tiene el Gnani mudra a la altura de los ojos, que representa el ano. Esto indica claramente que la visión de nuestro pueblo es que la sexualidad es un instrumento de poder totalmente opresivo, agresivo y ofensivo.
Los mudras se van modificando o deformando con el paso del tiempo, así por ejemplo el gesto del saludo occidental que indicaba el compartir lo mejor de ambos participantes, y por lo cual se usaba la mano derecha como símbolo de la energía positiva que entraba en contacto con lo positivo de la otra persona, se ha denigrado de tal mánera entre los jóvenes actuales, que como resultado de su ignorancia han perdido totalmente este sentido, tal es así que su forma de saludarse indica el empleo de ése mismo mudra  inicia y termina como una agresión y confrontación  energético-espiritual.  Y sí todos nuestros actos son claros referentes de la época en que vivimos por estar determinados por nuestro contexto histórico cultural, se pone en evidencia que nuestra juventud se mueve en un mundo de violencia y agresividad impulsado en gran medida por los medios masivos de comunicación y los juegos cibernéticos.
Por ello es necesario que modifiquemos el contexto de las nuevas generaciones enseñándoles el empleo de mudras o candados energéticos basados en el amor y el respeto, tales como el abrazo donde el corazón, como centro de la esencia divina interactúa con el centro divino del otro.