lunes, 24 de junio de 2013

EL CONTROL DE LA MENTE.




Por: JUAN CARLOS MARTINEZ.

El concepto que los occidentales tienen acerca de la mente responde principalmente a 2 perspectivas totalmente diferentes e inclusive podría decirse que son opuestas. El primero es totalmente materialista que se basa en los principios cientificistas que refieren , únicamente, los procesos neurobiológicos y cerebrales, a grado tal que para ellos la mente “ es la gran habilidad del cerebro para unir, almacenar y manejar información. Esta capacidad de darse cuenta de estas funciones crea la conciencia , es decir, la conciencia es resultado de un proceso sináptico.  “
Por otro lado tenemos el manejo de una visión mágica motivada, en gran medida, por la naturaleza, estructura  y funciones de nuestra mente. Esta última percepción de la mente plantea, entre otras cosas, que el control de la mente refiere características mágico-religiosas tales como la telepatía, la telekínesis, hipnosis…etc. Y en gran medida esta visión se debe a  la poderosa influencia que en los años 50´s generó la pseudo-literatura místico-religiosa que refería al mundo oriental y  su utópica  cultura monástica.

Ejemplo de ello son los libros de Lobsang Rampa, los comics de Kalimán, etc… cuya finalidad meramente comercial, creo el concepto mágico del control mental al describir y mezclar fenómenos paranormales, religión, ocultismo y esoterismo.

Dicho sea de paso que esta literatura y su cosmovisión  responde  a la necesidad del ser humano de reconciliarse consigo mismo, pués después de vivir los destrozos  de las 2 guerras mundiales y darse cuenta de que “el hombre es un lobo para el hombre”, tuvo la necesidad de sostenerse reconciliándose con el sentido de lo humano , y por ello, crea esá visión que le ayuda , en gran medida, a reconciliarse con el sentido de lo Divino.

Para ellos (los budistas) el control o adiestramiento
 de la mente se basa en la meditación como medio para
 “familiarizar la mente con la virtud” 
Esta visión del control mental está,  absoluta y completamente,  fuera del contexto dentro de la filosofía y cosmovisión budista, pues para ellos el control o adiestramiento de la mente se basa en la meditación como medio para “familiarizar la mente con la virtud” basada principalmente en 2 pilares fundamentales: la compasión y la sabiduría.

  Este concepto de adiestramiento o control de la mente se basa principalmente en el texto Lo jong  escrito por el sabio Atisha (982-1054 A.C.).

En dicho texto se plantea  se plantean principalmente los medios para reconocernos para mejorar nuestros niveles de conciencia  mediante el uso de 2 elementos:

1.- La práctica de la meditación Tonglen traducida como la meditación del “tomar y dar”.
2.- La aplicación de las máximas o principios morales en la vida cotidiana, para así lograr un despertar de la conciencia búdica.

El resultado final será, indudablemente, la Bodhichitta o compasión universal (corazón abierto) que nos permitirá vivir para servir sin esperar nada a cambio, y sobre todo, a crear un mundo mejor, pues como dice buda: “cambia tu mente y cambiarás el mundo”.







domingo, 9 de junio de 2013

Ensayo sobre la esencia divina y la educación obnubilante.


Por: Juan Carlos Martínez P.
(Kelsang Drubchen).




"Este mundo sería el mejor de todos los mundos posibles
 si no hubiera ninguna religión."    
(Emmanuel Kant)

Está dispuesto Dios a prevenir la maldad, pero no puede? 
Entonces no es omnipotente.
¿Puede hacerlo, pero no está dispuesto?
 Entonces es malévolo.
¿Es capaz y además está dispuesto?
 Entonces, ¿de dónde proviene la maldad? 
¿No es él capaz ni tampoco está dispuesto? 
Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?”. 
(Epicuro)







¿Cómo es la naturaleza real del ser humano?  Debido a que nosotros, a través, del proceso educativo vamos siendo condicionados  día con día en el seno familiar, la escuela y sobretodo   con  la religión, es evidente que olvidamos la naturaleza real del ser humano   y para rescatar o atisbar esa naturaleza esencial humana debemos retornar a la esencia natural que manifiesta el humano en sus primeros años de vida, donde la educación como factor condicionante aún no ha ejercido su poderosa influencia. Partiendo de la premisa que “educación es sinónimo de condicionamiento”.

El ser humano nace siendo un ser feliz, honesto  y pleno ante si mismo y los demás, pues  un bebé llora cuando tiene hambre y ríe cuando  así lo siente; es decir que  se manifiesta tal como es.

Poco tiempo después el niño se manifiesta como un investigador  natural empírico, quien a través de sus sentidos quiere conocerlo todo… y ahí empieza la familia a condicionarlo con regaños y prohibiciones con la finalidad de protegerlo.  Posteriormente y con el uso de sus primeros razonamientos,  frente al mundo que le rodea quiere saberlo todo… y manifiesta un filósofo natural  que cuestiona  todo y por todo con un porqué, para qué, y cómo… y  llegará el momento en otra vez la familia opaca la esencia natural del Homo Sapiens, ése ser pensante que busca encontrar la verdad y la razón de las cosas y su lugar en el mundo.





Posteriormente  y siguiendo el proceso, que denominamos normal, él tendrá que ser sometido a un sistema educativo formal que se encargará de opacar su verdadera naturaleza intrépida, que le lleva sin temor alguno  a trepar el árbol, arrojarse desde lo alto, etc… para enseñarle los “buenos modales” que debe seguir en medio de un mundo condicionado por los miedos y la ignorancia.

Una naturaleza esencial del niño es la capacidad imaginativa que como artista natural poseé, es capaz de hacer de un palo un caballito, de un zapato un teléfono, pero sobretodo , de construir el mundo desde su perspectiva y su imaginación ilimitada…  y otra vez la educación social se encargara de anular al artista innato sometiéndolo a lo que denominamos lo real y verdadero, a la realidad convencional a la que seremos esclavizados de por vida.

Antes de que el proceso educativo  integre en su corazón el sentido egótico de competencia e individualidad, el niño es un ser amoroso y emocionalmente sano, pues un minuto después de pelearse con sus amiguitos  ya los estará abrazando. 

El niño es un místico natural  que logra entrar un éxtasis al contemplar una flor, escuchar la sinfonía natural del viento y mirar la magia de una estrella . El  vive en el aquí y ahora, en el eterno presente, para él no existe pasado ni la preocupación por el futuro…

Un niño comparte cuanto tiene, desde un dulce hasta sus sueños, es por ende, un altruista natural.

Cuando al niño ya  se le ha  educado enseñándole a sentirse y saberse único e irrepetible, se  le inserta en un mundo  de egoísmos y de lucha contra los demás, aparece el factor condicionante de mayor impacto, la religión.

Los 3 factores esenciales de la educación condicionante y obnubilante del ser humano son la familia, la escuela y la religión. Esta última se encarga de someterlo a través de tradiciones, miedos y dogmas, privándolo fundamentalmente, de su verdadera y natural  esencia divina.

Luego entonces sí el hombre nace siendo un ser virtuoso, intrépido, amoroso, filosófico, creativo, imaginativo, que ama la vida y sus semejantes ; sano física, mental y emocionalmente .  Es decir, nace siendo un ser iluminado, la Budeidad encarnada, la Cristificación búdica, etc…  y , ¡oh, terrible realidad, que  le espera en su tránsito por la vida y sus condicionantes procesos educativos! Que , irremediablemente,  le llevaran a terminar el viaje  siendo un anciano enfermo, peleado con la vida y consigo mismo; Ajeno al mundo, egoísta, amargado e  ignorante de su esencia divina y de su deber para consigo mismo, con la vida y el universo; Arrepentido, frustrado y ante todo lleno de miedos y   angustias, sintiéndose un estorbo en la familia… y ,sobretodo, sabiendo que sólo  fue  objeto de lucro, esclavismo,  enajenación  y explotación a lo largo de su vida.

Cabe entonces preguntarse cuál es la causa que media entre el ser de luz que nace y el monstruo de la obscuridad  en que fallece. La respuesta es evidente: un proceso educativo que responde,  sobretodo,  a intereses de un sistema social,  que sobrevive esclavizando y sometiendo al hombre  a un esclavismo egótico basado en la ignorancia de su Divina esencia.