lunes, 18 de febrero de 2013

EL UNIVERSO ES UN MANDALA



Los mándalas son diagramas  simbólicos
del macrocosmos y el microcosmos.
Mándala es un término de origen sánscrito, que refiere  diagramas o representaciones simbólicas  complejas, generalmente simétricas utilizadas tanto en el budismo como en el hinduismo. En el budismo tibetano se traduce como universo, y refieren a la representación del universo en que simbólicamente habita alguno de los diez mil budhas.
Los mándalas son diagramas  simbólicos del macrocosmos y el microcosmos.  Estructuralmente es representado como un círculo y dentro del cual se circunscriben formas geométrica  diversas. A partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones internas del mándala circular.
Curiosamente, y por otra parte,  en todas las culturas se encuentran representaciones mandálicas, por lo cual es evidente su universalidad dentro del llamado inconsciente colectivo.
Es muy probable que esta universalidad de las figuras mandálicas se deba al hecho de que las formas concéntricas sugieren la idea de la estructura geométrica perfecta, es decir el macrocosmos y el microcosmos están perfectamente diseñados tal y como lo enseña la geometría sagrada:  la   equidistancia con respecto al centro y donde el perímetro del círculo evoca el eterno retorno de los ciclos de la naturaleza . Ejemplo de ello es el simbólico  uróboros, méjor conocido como la serpiente que se muerde la cola.

 Lo cierto es que el universo holográfico en que habitamos es un mándala  y sin lugar a dudas esto lo podemos relacionar con el pricipio hermético de correspondencia  que dice: "tal como es arriba es abajo y como es adentro es afuera. Así como es lo infinitamente grande así es lo infinitamente pequeño." Todo ello lo podemos comprobar  de manera muy evidente. Basta para ello ubicar que todo lo que nos rodea es un mandala. Por ejemplo nuestras púpilas son evidentes mandalas al igual que un limón partido a la mitad. Lo mismo sucede con las células, los atomos, nuestro planeta, etc... basta obervar los objetos desde la perspectiva adecuada y encontrarás un universo infinitamente mándalico.

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