“La vida inicia con un respiro y termina con un suspiro”
Bien sabido es que como entidades biológicas podemos
permanecer sin ingerir alimentos por varios meses, como en el caso
de los ayunos religiosos o políticos; también podemos vivir sin tomar agua por
varias semanas, podemos vivir sin hablar, sin relaciones sexuales, etc. Lo
único que no podemos hacer es, permanecer sin respirar por unos cuantos minutos
sin correr el riesgo de un paro
respiratorio y las consecuencias que acarrea esta situación.
¿Pero por
qué la respiración es necesaria para la vida?
Los
occidentales opinarían que el
oxigeno es la base de nuestros procesos bioquímicos neuronales, pero para la
filosofía yogui, no es el oxigeno la base de la vida, es un elemento más sutil
que denominan Prana.
El Prana está en el aire y no es el oxigeno, está en los alimentos y no son las proteínas ni las vitaminas; el Prana es la energía sutil que nos permite movernos, reproducirnos, hablar, pensar etc. Está presente en el reino vegetal, mineral animal y sutil.
El Prana está en el aire y no es el oxigeno, está en los alimentos y no son las proteínas ni las vitaminas; el Prana es la energía sutil que nos permite movernos, reproducirnos, hablar, pensar etc. Está presente en el reino vegetal, mineral animal y sutil.
El Prana es
un concepto que tiene su correspondiente en la filosofía china y se reconoce como “chi o
ki” En la edad media se conocía
como “Orgón” y para el occidental
es la “Energía vital”
La
respiración es la función más importante del cuerpo porque de ella dependen
todas las demás. Anatómicamente la zona olfativa se considera como secundaria.
El hombre es una animal con una clara atrofia olfativa, pues comparado con los animales que sobreviven
muchas veces gracias a su olfato, el hombre ya no es capaz de percibir más que
un rango muy limitado de olores. El aire penetra en nuestro cuerpo por las
fosas nasales. La región olfativa está situada en la zona superior de la cúpula
nasal, el aire invierte la dirección de su flujo y queda en contacto con las
zonas capaces de percibir olores.Para fijar
un máximo de prana es necesario aprender a dirigir conscientemente el aire
hacia la zona olfativa. El niño cuando nace realiza de manera natural una
respiración completa, misma que abarca la mayor capacidad pulmonar, pero con el
paso del tiempo el ser humano va perdiendo esa capacidad y termina utilizando
una mínima capacidad respiratoria. Basta darnos cuenta cuanto tardamos en
completar de manera cotidiana un ciclo respiratorio “normal” que solo comprende
la inhalación y la exhalación.
El Prayama nos re-educa para respirar
de manera natural y consciente.
Tal es así que está compuesto
de cuatro fases y no de dos
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En el Yoga
existe un área fundamental que denominamos Pranayama, que significa la
expansión de la energía vital mediante la respiración. El pranayama nos re-
educa para respirar de manera
natural y consciente. Tal es así que aprendemos que un ciclo respiratorio está compuesto de
cuatro fases y no de dos. Las fases son inhalar, retener, permanecer sin aire y
exhalar. Por tanto un ciclo respiratorio nos permite absorber mayor cantidad de
energía vital, particularmente durante la retención del aliento.
Este
mecanismo consciente abre las puertas a otros procesos psíquicos más profundos,
por ejemplo si reducimos nuestro ritmo respiratorio de manera consciente y
relajada, baja nuestro ritmo cardiaco a tal grado que nuestro cuerpo mental deja de generar pensamientos y lo mismo
sucede con el cuerpo emocional. Si toda la atención la diriges a la
respiración, tu mente no tiene la capacidad de pensar o concentrarse en dos
cosas al mismo tiempo, y entonces permaneces en un estado de
“vacio mental” que te permite acceder a niveles sutiles y muy sutiles de
percepción, a unificarte con “el todo” “el absoluto” “la mente universal”.
En cambio
si aceleras tu respiración al máximo, inhalando y exhalando tan fuerte como sea
posible con un mínimo de 15 minutos (respiración de fuego) tu cuerpo empieza a
generar tal grado de calor y energía sutil que se manifiesta de distintas
maneras en cada individuo, de acuerdo a su nivel de conciencia.
La visión Yogui de la respiración parte del
principio,de que todo es ritmo, todo es
vibración, todo es mental y todo esta
interconectado en el universo.
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La visión Yogui de la respiración parte del
principio, de que todo es ritmo, todo es vibración, todo es mental y todo esta
interconectado en el universo. Así
hay una clara conexión entre el cuerpo energético y los procesos
respiratorios. El cuerpo energético tiene, fundamentalmente 3 canales conocidos
como Ida(polaridad femenina) ,Shushuma (polaridad neutra) y pingala (polaridad
masculina). Así nosotros cambiamos de polaridad conforme cambia nuestra
respiración. Se dice que vamos alternando permanentemente las fosas nasales;
Cuando respiras con la fosa izquierda estas más receptivo, pasivo y sensible;
características de la polaridad femenina. En cambio cuando respiramos por la
fosa derecha estamos más activos, racionales etc. Propios de la polaridad
masculina. Esta energía sutil o prana responde al pensamiento y por tanto con la práctica del Yoga y la meditación
puedes aprender a controlar tu energía, tus emociones y pensamientos de manera
voluntaria y consciente.
La
respiración controlada y regulada genera las condiciones para extraer una mayor
cantidad de energía que se concentra en el cerebro y otros centros nerviosos
(Chacras) para utilizarse cuando sea necesario. Además del beneficio físico de
una respiración correcta, el poder mental del hombre, su felicidad, el dominio
sobre sí mismo, moralidad y crecimiento espiritual pueden ser incrementados
practicando los ejercicios del PRANAYAMA.
La vida
actual, llena de estrés y viviendo en un mundo tan contaminado no nos permite
asimilar una cantidad suficiente de prana para mejorar nuestra calidad de vida, por ello es indispensable
hacer un alto en nuestra rutina para desarrollar la práctica del PRANAYAMA.
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